lunes, 25 de marzo de 2013

SEMANA SANTA - VIA CRUCIS


VIA CRUCIS

Por la señal de la Santa Cruz...... Acto de contrición – Señor mío Jesucristo...

OFRECIMIENTO:

¡Oh pacientísimo Jesús! Antes de meditar vuestra dolorosa pasión y muerte, os ofrezco este piadoso ejercicio del santo Vía crucis en satisfacción de mis ingratitudes y para ganar las indulgencias concedidas. Purificad antes mi alma para que redunde en su provecho la consideración de las catorce estaciones de vuestro penoso y tristísimo calvario.

1ª ESTACIÓN: JESÚS ES CONDENADO A MUERTE
 
Te adoramos, Señor, y te bendecimos.
Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador.
 “Y Pilato, queriendo contentar al pueblo, les puso en libertad a Barrabás, y después de haber azotado a Jesús, le entregó para que le crucificaran.” (San Mc. XV, 15).

Oración. ¡Dulcísimo Jesús mío! Por aquella injusta sentencia de muerte, tantas veces suscrita por mis culpas, libradme de la sentencia de muerte eterna que tantas veces he merecido.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Bendita y alabada sea la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su Santísima Madre.

Señor, pequé. Tened piedad y misericordia de mí.

2ª ESTACIÓN: JESÚS CON LA CRUZ A CUESTAS
 
Te adoramos, Señor, y te bendecimos.
Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador.
Y tomaron a Jesús y le sacaron afuera; y llevando la Cruz a cuestas salió para aquel lugar que se llama Calvario.” (San Juan, XIX, 16).
Oración. Vos, ¡oh Jesús mío!, que con tanta resignación y amor abrazasteis el pesado madero de la Cruz, fabricado con mis culpas, haced que conozca la grandeza de las mismas, para que las deteste y llore hasta la muerte.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Bendita y alabada...
Señor, pequé. Tened piedad y misericordia de mí.
 
3ª ESTACIÓN: JESÚS CAE EN TIERRA POR PRIMERA VEZ
 
Te adoramos, Señor, y te bendecimos.


Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador.
El grave peso que siento me tiene en el más abatido estado, y me oprime hasta más no poder.” (Salm. XXXVII, 7).
Oración. El enorme peso de mis culpas, ¡oh Jesús mío!, es el que os hizo caer bajo el insoportable peso de la Cruz. Las odio y las detesto con todo mi corazón. Perdonádmelas y haced que las llore amargamente y no las vuelva a cometer.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Bendita y alabada...
Señor, pequé. Tened piedad y misericordia de mí.

4ª ESTACIÓN: JESÚS ENCUENTRA A SU SANTÍSIMA MADRE
 
Te adoramos, Señor, y te bendecimos.
Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador.
¡Oh, vosotros, todos los que pasáis por el camino, atended y mirad si hay dolor semejante al mío!.” (Thrn. I, 12).
Oración. ¡Afligidísimo Jesús! ¡Dolorosísima Madre mía! ¡Que encuentro tan terrible! El Hijo clava sus divinos ojos en la Madre y la Madre los clava en los de su Hijo. ¿Qué sentirían aquellos corazones? ¿Qué se dirían aquellas dos almas? ¡Y para que mis culpas hayan sido la causa de tan acerbos dolores! ¡Perdón y misericordia, Jesús y Madre mía!
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Bendita y alabada...
Señor, pequé. Tened piedad y misericordia de mí.
 
5ª ESTACIÓN: JESÚS ES AYUDADO POR EL CIRINEO
 
Te adoramos, Señor, y te bendecimos.
Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador.
Y compelieron a uno que pasaba, Simón Cirineo, para que cargase con la Cruz en pos de Jesús.” (S. Marc. 15; Luc. 23).

Oración. ¡Dichoso y afortunado Cirineo que os ayudó, oh afligidísimo Jesús, a llevar el peso de la Cruz! También yo deseo y prometo ayudaros con el sufrimiento, la resignación y el dominio de todas mis pasiones. Asistidme con vuestra gracia para cumplir mi promesa.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Bendita y alabada...
Señor, pequé. Tened piedad y misericordia de mí.
6ª ESTACIÓN: LA PIADOSA VERONICA LIMPIA EL ROSTRO DE JESÚS
 
Te adoramos, Señor, y te bendecimos.
Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador.
Vímosle despreciado y reputado como el más vil de los hombres, y cercado por todas partes de dolores, y su rostro oscurecido por los oprobios.” (Isai. 53-3).
Oración. Benignísimo Jesús mío, que también pagasteis la fortaleza de la Verónica, imprimiendo en el misterioso lienzo las facciones de vuestro Santísimo Rostro; imprimid en mi alma el recuerdo de vuestras penas y el dolor que ahora concibo de mis culpas.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Bendita y alabada...
Señor, pequé. Tened piedad y misericordia de mí.
7ª ESTACIÓN: JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ EN TIERRA
 
Te adoramos, Señor, y te bendecimos.
Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador.
Tomó, en verdad, sobre sí las penas de nuestros pecados... Le reputamos como leproso y herido de Dios y humillado.” (Isai. 53, 4).
 
Oración. Mis repetidas culpas os hicieron caer nuevamente en tierra bajo el peso de la Cruz. Y sabiendo, ¡oh Jesús mío!, que cuantas veces peco os ocasiono una nueva caída,. ¿seré tan malvado que vuelva a pecar? No, Redentor mío; antes mil muertes que ofenderos con un solo pecado.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Bendita y alabada...
Señor, pequé. Tened piedad y misericordia de mí.
8ª ESTACIÓN: JESÚS CONSUELA A LAS HIJAS DE JERUSALÉN
 
Te adoramos, Señor, y te bendecimos.
Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador.
Más Jesús, volviéndose a ellas, les dijo: “Hijas de Jerusalén, no lloréis sobre mí, sino sobre vuestros hijos.” (S. Lc. XXII, 28).
Oración. El más atormentado de los mártires anima y consuela a las piadosas mujeres que, movidas de compasión, se acercan a Él para consolarle con sus lágrimas. ¿Qué es esto, Señor? ¿Hasta dónde llega vuestra caridad y amor al Hombre? Compadeceos de mi alma, ansiosa de seguiros y consolaros por el camino de la Cruz.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Bendita y alabada...
Señor, pequé. Tened piedad y misericordia de mí.
9ª ESTACIÓN: JESÚS CAE POR TERCERA VEZ EN TIERRA
 
Te adoramos, Señor, y te bendecimos.
Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador.
Afligido estoy y abatido hasta lo sumo... Mi corazón está conturbado; fáltanme las fuerzas, y aún la claridad de mis ojos se ha oscurecido.” (Salm. XXXVII).
Oración. Contempla, alma pecadora, a tu Dios tendido en tierra por tercera vez. Ya no puede soportar el peso de tus iniquidades. Ayúdale a levantarse, prometiéndole firmemente la enmienda de tus extravíos, tibiezas e inconstacias.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Bendita y alabada...
Señor, pequé. Tened piedad y misericordia de mí.
10ª ESTACIÓN: JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDOS
 
Te adoramos, Señor, y te bendecimos.
Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador.
No hay en mis carnes parte sana. Me dieron hiel por comida, y en mi sed me dieron a beber vinagre.” (Sam. 37 y 68).
Oración. Vos, ¡oh Jesús mío!, que tan inhumanamente fuisteis despojado de vuestras sagradas vestiduras y expuesto a la vergüenza de todo un pueblo sediento de venganza contra Vos, despojadme de todo afecto a las cosas terrenas y haced que nada ame en este mundo fuera de Vos.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Bendita y alabada...
Señor, pequé. Tened piedad y misericordia de mí.
11ª ESTACIÓN: JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ
 
Te adoramos, Señor, y te bendecimos.
Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador.
Y cuando llegaron al lugar del Calvario le crucificaron.” (S. Lc. XXIII, 33).
Oración. Por aquellos incomprensibles tormentos y acerbísimos dolores que sentirías al ser taladrados vuestros pies y manos santísimos y fijados en la Cruz, haced que crucifique yo mi carne con los clavos de la mortificación y de la penitencia.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Bendita y alabada...
Señor, pequé. Tened piedad y misericordia de mí.

12ª ESTACIÓN: JESÚS MUERTO EN LA CRUZ
 
Te adoramos, Señor, y te bendecimos.
Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador.
Y Jesús, clamando con voz potente, dijo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.” (S. Lc. XXII, 46).
Oración. Después de tres horas de penosísima agonía, muere el Señor enclavado en el árbol de la Cruz. Contempla, alma mía, aquel ensangrentado cadáver; mira y embriágate con la sangre redentora, y de hoy en adelante muere a todo lo que sea sombra de pecado y vive sólo para tu Jesús.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Bendita y alabada...
Señor, pequé. Tened piedad y misericordia de mí.

13ª ESTACIÓN: JESÚS YA DIFUNTO, ES COLOCADO EN LOS BRAZOS DE SU SANTÍSIMA MADRE
 
Te adoramos, Señor, y te bendecimos.
Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador.
Y cuando ya fue tarde, vino José de Arimatea... y bajó de la Cruz el Cuerpo de Jesús.” (S. Mth. XXVII, 57).
Oración. ¡Madre dolorosísima! ¡Qué sentiríais al tener en vuestro regazo el frío cadáver de vuestro amadísimo Hijo! La profecía de Simeón tuvo entonces su cumplimiento. Vuestro corazón fué atravesado por aquella espada de dos filos, que simboliza todos los sufrimientos. ¡Ay de mí que he sido la verdadera y única causa de la muerte del Hijo, y de los dolores de la Madre! Perdón, Madre mía, y haced que llore con vos las terribles consecuencias de mis pecados.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Bendita y alabada...
Señor, pequé. Tened piedad y misericordia de mí.
14ª ESTACIÓN: JESÚS ES ENCERRADO EN EL SEPULCRO
 
Te adoramos, Señor, y te bendecimos.
Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador.
Y en el lugar donde fué crucificado había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual aún no había sido puesto ninguno. Allí, pues, colocaron a Jesús.” (S. Juan XIX, 41,42).
Oración. De los brazos de María Santísima es trasladado al sepulcro el cuerpo de Jesús. ¡Pobre Madre!, qué sola y qué huerfana se quedó en el mundo, y todo por mí. Yo os acompañaré, Madre mía, llorando con lágrimas de sincero arrepentimiento los extravíos de mi vida pasada.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Bendita y alabada...
Señor, pequé. Tened piedad y misericordia de mí.
ORACIÓN FINAL
¡Oh Dios, que hicisteis que vuestro Hijo padeciese por nosotros muerte de Cruz para librarnos de la tiranía del enemigo!. Concedednos la gloria de participar de vuestra resurrección, por el mismo Señor nuestro. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria, por las intenciones del Sumo Pontífice.