viernes, 19 de agosto de 2011

SANTO TORIBIO DE LIÉBANA. UNO DE LOS LUGARES SANTOS DEL MUNDO: UN TROZO DE LA VERDADERA CRUZ DE CRISTO EN ESPAÑA; FERVOROSA SENSACIÓN AL PODER BESARLA Y TRANSMITIRTE ARDIENTEMENTE SU MENSAJE INTERIOR. UNA VIVENCIA ÚNICA DE GOZO Y DE RECOGIMIENTO ESPIRITUAL.


Santo Toribio de Liébana es uno de los cuatro lugares santos del mundo. Privilegio que comparte con Roma, Jerusalén y Santiago de Compostela. Su profunda significación religiosa viene dada porque en el Monasterio que lleva su nombre se conserva "UN TROZO DE LA SANTA CRUZ DE CRISTO" "LIGNUM CRUCIS" el trozo más grande de la cruz en la que fue crucificado Cristo, tal y como ha admitido la Iglesia después de los estudios cientificos realizados sobre la madera, al tratarse de ciprés originario de Palestina con una antigüedad de más de 2000 años.
Fué Santo Toribio, obispo de Astorga, quien trajo la reliquia de Tierra Santa, allá por el siglo V hasta territorio leonés para después ser trasladada a Liébana y evitar así su profanación una vez iniciada la invasión peninsular de los musulmanes. Durante siglos Liébana se convirtió en un lugar incesante de peregrinación debido a éste hecho que desembocó en la concesión del "Jubileo" al monasterio en 1512 por el PP Julio II.
Este privilegio papal supone para los peregrinos la obtención de la indulgencia plena de sus pecados, una vez traspasada la Puerta del Perdón del monasterio, en un período de tiempo concreto como es la celebración del Año Santo.

martes, 9 de agosto de 2011

UN TESORO ESCONDIDO

Comentario a la Palabra de Dios  (Mt 13, 44-52)
UN TESORO ESCONDIDO
Palestina era una tierra plagada de tesoros escondidos. Ante el peligro constante de guerras, los habitantes del lugar enterraban sus objetos más valiosos y sus monedas de oro o plata con la esperanza de recuperarlos tras la contienda. Muchos perecían en la lucha y esos tesoros quedaban para siempre ocultos. De modo que la vida cotidiana de la gente transcurría sobre una tierra preñada de tesoros. Jesús compara el reino de los cielos a uno de esos tesoros, que un hombre hallaba por casualidad. Aquel campo, hasta entonces inapreciable, repentinamente adquiere un valor incalculable.
!Ha aparecido el tesoro escondido en aquella tierra y todo cambia de perspectiva! Ahora “lleno de alegría” está dispuesto a dar la vida y todo lo que posee por un campo que nadie es capaz de valorar.
ROMPE LA MONOTONÍA
Por lo general, nuestra vida se desarrolla en medio de una grisácea monotonía que no solemos apreciar: trabajo, familia, tareas cotidianas, compromisos.... Hasta que un día milagrosamente hallamos el tesoro escondido en nuestro campo. Y entonces, incluso aquello que habíamos llegado a maldecir por ser motivo de tantos sinsabores, adquiere un valor inestimable. Merece la pena empeñarse por la tierra de nuestra familia, de nuestro trabajo, de nuestros amigos, de nuestra comunidad parroquial, aunque a veces nos toque labrarla bajo el sol del mediodía.
!Dejemos que nos embargue la alegría del hombre de la parábola! Nuestra vida, como las tierras de Palestina, también está plagada de tesoros. Vivamos convencidos de que en nuestro campo, por árido que pueda parecer, está escondido el tesoro del reino de Dios, capaz de dar sentido y valor a cada instante de nuestra existencia.