domingo, 3 de agosto de 2014

FIESTA EN HONOR A DIOS PADRE ETERNO. TODO AMOR A LA HUMANIDAD

CELEBREMOS EL DÍA DEL PADRE ETERNO PEDIDO POR ÉL A TRAVÉS DE SU INSTRUMENTO MADRE EUGENIA ELIZABET RAVASIO (POR LA CUAL NOS DIÓ A CONOCER SU DESEO).



¡Dios es mi Padre!, es el grito que frecuentemente se escucha en el mundo. Los hombres reconocen a Dios como Padre. Sentimos el deber de difundir éste mensaje que Dios Padre ha dado al mundo por medio de una criatura suya que tanto le ha amado, Sor Eugenia Elizabet Ravasio. 
El mensaje fue reconocido como válido por la Iglesia después de diez años de profundos estudios.

En el mensaje dictado a Madre Eugenia, el Padre pide la institución de una fiesta en su honor:
"Deseo que un día, o por lo menos un domingo, sea consagrado para glorificarme, en modo muy particular, con el nombre de Padre de toda la humanidad. Para esta fiesta quisiera una Misa y una celebración apropiada. Si preferís rendirme este culto especial un domingo, YO ESCOJO: EL PRIMER DOMINGO DE AGOSTO, SI ESCOGÉIS UN DÍA DE LA SEMANA, PREFIERO QUE SEA EL 7 DE ESTE MISMO MES."

Se puede hacer la oración siguiente para glorificar al Padre Eterno: ya que aparece en la última página del mensaje:

Dios es mi Padre:

Padre mío que estás en los cielos, ¡cómo dulce y suave saber que Tú eres mi Padre y que yo soy tu hijo!
Sobre todo, cuando está oscuro el cielo de mi alma y más pesada es mi cruz, es cuando siento la necesidad de repetirte: ¡Padre, creo en tu amor por mí! Sí, ¡creo que Tú eres para mí Padre en cada momento de la vida, y que yo soy Tu hijo! ¡Creo que me amas con amor infinito!
¡Creo que velas día y noche sobre mí y que ni siquiera un cabello se cae de mi cabeza sin tu permiso!
Creo,...
¡Pero aumenta en mí la fe, la esperanza y la caridad!

Enséñame a ver siempre tu amor como guía en cada evento de mi vida.
Enséñame a abandonarme a Ti como un niño en los brazos de su mamá.
Padre, Tú sabes todo, Tú ves todo, Tú me conoces mejor de lo que me conozco yo mismo: ¡Tú puedes todo y Tú me amas!
Padre mío, dado que Tú quieres que siempre recurramos a Tí, heme aquí con confianza para pedirte, con Jesús y María,... (pedir la gracia que se desea).

Por esta intención, uniéndome a Sus Sacratísimos Corazones, Te ofrezco todas mis oraciones, mis sacrificios y mortificaciones, todas mis acciones y una mayor fidelidad a mis deberes (1).

!Dame la luz, la gracia y la fuerza del Espíritu Santo!
Confírmame en Tú Espíritu, de modo que yo no lo pierda nunca, ni lo entristezca, ni lo debilite en mí.
Padre mío, ¡es en nombre de Jesús, Tu Hijo, que te lo pido! Y tú, oh Jesús, abre tu Corazón y métele adentro el mío, junto con el de María ¡ofrécelo a nuestro Padre Divino!. ¡Obtenedme la gracia que necesito!
Padre Divino, llama hacia Tí a todos los hombres. ¡Que el mundo entero proclame tu Paternal Bondad y tu Divina Misericordia! Sé para mi tierno Padre, y protégeme en todo momento como a la pupila de tus ojos. Haz que yo siempre sea digno hijo tuyo: ¡ten piedad de mí!.
Padre Divino, dulce esperanza de nuestras almas.
¡Que Tú seas conocido, alabado y amado por todos los hombres!
Padre Divino, bondad infinita que se infunde sobre todos los pueblos.
¡Que Tú seas conocido, alabado y amado por todos los hombres!
Padre Divino, rocío beneficioso de la humanidad.
¡Que Tú seas conocido, alabado y amado por todos los hombres!
Madre Eugenia.
1) Si se reza esta oración como Novena añadir: "Te prometo ser más generoso, especialmente en estos nueve días, en tal circunstancia... con tal persona....".